
Confusión. Ansiedad. Frustración. Miedo. ¿Alguna de estas palabras provocó algo en ti sobre el estado actual del mundo y nuestras comunidades en este momento? Estoy seguro de que lo hicieron y definitivamente desencadenaron algunas respuestas en mí también. He sentido todos estos sentimientos muchas veces en los últimos meses... y algo más. Es increíblemente difícil de manejar como un adulto funcional además de todas nuestras responsabilidades normales. Ahora pensemos en nuestros pequeños… ¿cómo se sienten y llevan todo esto?
A menudo puede parecer que nada desconcierta a nuestros hijos... como si el juego y la simulación de sus propios pequeños mundos fuera todo lo que necesitan. Pero he notado especialmente con mis hijos que sienten y notan mucho más de lo que asumo. Entienden mucho más de lo que les damos crédito. Y en su mayor parte... todavía no tienen los mecanismos de afrontamiento y el desarrollo mental para saber cómo manejar y manejar todos estos sentimientos.
A medida que nos preparamos para lo que promete ser un año escolar único y desafiante, me gustaría alentarlos a que se concentren en algo en lo que vamos a enfatizar mucho con nuestros hijos: sentir sus sentimientos. Está bien sentirse triste. Está bien sentirse frustrado y enojado. Es la más humana de las experiencias sentirse preocupado o tener miedo. Estoy bastante seguro de que sentirse confundido es casi unánime en este momento. Cuanto más reconozcamos y animemos a nuestros hijos a sentir sus sentimientos, a no avergonzarse de ellos y a aprender cómo reaccionan a esos sentimientos, más comprendidos y empoderados se sentirán.
Podemos hacer esto compartiendo nuestros propios sentimientos con nuestros hijos. No necesitamos imponerles una carga innecesaria, pero hacerles saber a los niños (de una manera apropiada para su edad) que tenemos sentimientos y que no tenemos todas las respuestas les ayuda a sentirse mejor por no saber qué hacer con sus propio. Hable con ellos sobre lo que hace cuando siente grandes sentimientos y ayúdelos a comprender que existen formas apropiadas e inapropiadas de expresar estos sentimientos. Ayúdelos a encontrar formas seguras de conectarse con amigos y familiares que no pueden ver y con los que no pueden jugar en este momento.
Durante este tiempo de extrema tensión e incertidumbre, preocupación por lo académico y tiempo perdido... Los animo y les imploro que realmente se concentren en el bienestar social y emocional de su hijo. Cuando un niño se siente seguro, escuchado y amado... hace que sea mucho más fácil concentrarse, prestar atención y también aprender.
Para obtener más artículos de este autor, consulte su blog en ¡Esto es la paternidad!