
Si eres el cuidador de un niño pequeño, estoy seguro de que ya has escuchado esto muchas, muchas veces: "Oh, desearía que mis hijos aún fueran pequeños... ¡asegúrate de apreciar cada momento!" Tiene muy buenas intenciones y la implicación es que los niños crecen antes de que te des cuenta, pero a veces es muy difícil disfrutar de ciertos momentos. Recoger caca del suelo, pisar juguetes esparcidos por todas partes o lidiar con una gran crisis por un juguete $1 que acaba de romperse no son momentos que a muchos de nosotros nos gustaría atesorar. Entonces, ¿puedo ofrecer un pequeño giro en este estribillo familiar? “Asegúrate de apreciar los hermosos momentos que surgen del caos”.
Es imposible apreciar o incluso detenerse y reconocer cada momento y la verdad es que hay muchos momentos que realmente nos gustaría olvidar. Sin embargo, me he dado cuenta de que algunos de mis momentos favoritos absolutos con mis hijos suceden cuando menos lo espero, y cuando simplemente me permito disfrutar de estar presente con ellos. Tengo dos maravillosos ejemplos recientes. La primera llegó en medio de la noche... una noche en la que estaba en mi propia cabeza y tenía problemas para dormir y ponerme cómoda. Mi hijo acababa de meterse en nuestra cama como lo hace normalmente. Como si pudiera sentir mis emociones, puso su brazo detrás de mi cabeza y me abrazó como diciendo "Está bien, papá". Esto fue muy especial para mí, ya que suele abrazar a su mamá cuando viene a nuestra cama; simplemente parecía saber que yo necesitaba esa seguridad amorosa y abrazos adicionales esa noche. El segundo momento llegó cuando estaba acostando a mi hija y saliendo de su habitación. La acosté en su cuna y le dije “te amo”. Ella me devolvió la mirada y dijo "Yo también te amo, papá" de la manera increíblemente dulce y adorable que solo un niño de un año y medio puede hacer... era la primera vez que lo decía en una oración completa como esa. y definitivamente sacó una lágrima o dos de mis ojos.
Estos dos momentos no fueron grandes gestos grandiosos ni parte de ninguna experiencia planificada que habíamos establecido. Simplemente sucedieron naturalmente y afortunadamente estaba en un espacio donde estaba presente y podía disfrutarlos por completo. Por lo tanto, los insto a que no gasten toda su energía tratando de disfrutar cada momento de la vida con sus hijos, sino que estén preparados para apreciar y recordar por completo las instancias que surgen cuando menos las esperan.
Para obtener más artículos de este autor, consulte su blog en ¡Esto es la paternidad!