
No conozco a muchas personas a las que realmente les guste ir al médico. Todos queremos sentirnos bien y nos gustaría que nuestros cuerpos estuvieran en plena forma. Especialmente para los hombres, a menudo parece que ir al médico es admitir que algo anda mal o mostrar un signo de debilidad. Los niños se dan cuenta de nuestras actitudes y sentimientos y tienen una aversión natural a las cosas fuera de su rutina normal, por lo que es bastante común ver a los niños temerosos de ir al médico.
Una de las cosas que nuestra familia ha hecho para ayudar a eliminar algo del “miedo” de ir al médico es tener un “equipo médico” en casa que le permite a nuestro hijo fingir que es él quien hace que las personas se sientan mejor. Esta es una excelente actividad de juego de roles que tiene una variedad de beneficios. Primero, los niños pueden pensar en sí mismos en un nuevo rol que puede despertar el deseo de aprender más sobre lo que se necesita para convertirse en médico. También permite que los niños desarrollen empatía. Le preguntan a su “paciente” cómo se siente y qué le duele. Les dicen “está bien, la inyección no dolerá mucho” y “después te darán un chupete”. Esto los alienta a pensar más allá de sus propios pensamientos y sentimientos y tratar de averiguar cómo se pueden sentir los demás. Finalmente, esto ayuda a calmar algunos de los miedos y ansiedades que un niño pueda tener acerca de ir al médico. Pueden fingir y jugar con cosas que verán en el médico, así que cuando sea su turno de ser el paciente, lo han experimentado antes. Cuanto más juegan, menos miedo les da cuando el médico les pone el estetoscopio en el corazón o les mira en los oídos y la boca. Las inyecciones aún pueden dar miedo, pero me he dado cuenta de que incluso las inyecciones con nuestro hijo son menos preocupantes después de que finge inyectárnoslas.
Las citas regulares con el médico para los niños ayudan a tranquilizar a los padres y aseguran que cualquier cosa fuera de lo común se detecte rápidamente y se pueda tratar antes de que se convierta en un problema importante. Permitir que un niño practique en casa con su propio "equipo médico" puede ayudar a que esto se sienta más normal y ayudar a que la cita sea un poco más tranquila. Quién sabe... ¡quizás algún día el "equipo médico" ficticio se convierta en uno real!
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