
"¡Cucú! ¡Te veo!" No está claro cómo y cuándo se originó el juego de las escondidas, sin embargo, parece que los cuidadores (padres) lo han estado jugando con los bebés desde el principio de los tiempos. El folclore vincula la frase "peek-a-boo" para haber evolucionado de "bo peep", la canción infantil donde la pequeña pastora perdió a sus ovejas. No obstante, el objetivo general de la interacción cucú es encontrar de repente algo que se ha perdido brevemente (fuera de la vista), ya sea un juguete cubierto, un personaje de un libro animado o una cara familiar sonriente.
Para aquellos de nosotros que hemos jugado al escondite con bebés, sus reacciones pueden variar desde risitas alentadoras hasta quizás señales de incomodidad porque ya no somos visibles por un breve momento. Importante desarrollo cognitivo y emocional ocurre cuando se juega a las escondidas. Los bebés están captando lentamente el concepto de permanencia del objeto. La permanencia del objeto es cuando los bebés aprenden que algo (o alguien) todavía existe aunque no esté a la vista. Los bebés generalmente comienzan a mostrar signos de permanencia del objeto entre los 4 y los 7 meses.
¿Por qué es importante la permanencia de los objetos? La permanencia del objeto es crucial cuando se trata de formar un vínculo seguro con su hijo. Piense en el siguiente escenario: una madre deja a su hijo con un nuevo cuidador. Su hijo llora y gatea hacia la puerta de salida, deseando que la madre lo consuele únicamente. El llanto, aunque incómodo de ver, es una señal de que el niño entiende que su madre todavía existe y quiere estar con ella. Ella sabe que mami está al otro lado de esa puerta. Cuando la madre regresa, el niño puede calmarse nuevamente. Esto significa que el niño está formando un vínculo seguro con su madre. Ella ve a su madre como una “base segura” para su comodidad. Este ejemplo muestra que el niño puede recordar que su madre es una entidad real que no ha dejado de existir, sino que solo ha “desaparecido” detrás de esa puerta por un momento. Es casi como un juego prolongado de peek-a-boo.
Los juegos esporádicos diarios de escondidas brindan a los bebés la oportunidad de desarrollar lentamente el concepto de permanencia del objeto. Lo bueno de peek-a-boo es que se puede jugar en cualquier lugar sin ningún material especial. Todo lo que los padres necesitan son sus manos, una voz juguetona y algo de imaginación. Algunas sugerencias para mejorar un juego de cucú incluyen:
- Alterna frases de "peek-a-boo" con "¿Dónde está el bebé?" "¿Dónde está mami?" “¿Dónde está el gatito?” “¿Dónde está el _____?”
- En lugar de cubrir su cara, sostenga las manos del bebé para cubrir su propia cara.
- Use una tela (como una manta ligera o una bufanda) para cubrirse la cara
- Lentamente comience a alejarse aún más del bebé mientras juega al escondite. Por ejemplo, comience cara a cara, vuelva a estar detrás del sofá, detrás de la esquina del pasillo, asomándose por el costado de la cuna, etc.
- Haga que el bebé se siente en su regazo y use un libro para niños para señalar los personajes. "¿Dónde está el cerdito?" "¡Ahí está!"
- Haga que el bebé se siente en su regazo y que otro adulto sea el compañero de las escondidas.
- Sostén al bebé frente a un espejo para jugar al escondite
- Haga un pequeño libro ilustrado con fotos de miembros de la familia y pregunte: "¿Dónde está la abuela?" "¡Ahí está ella!"
- Lleve al bebé a un paseo en un portabebés delantero y señale los elementos, "¿Dónde está el camión azul?" "¡Ahí está!"
Al Parenting Hub le encantaría escuchar historias sobre cómo llevas el juego de las escondidas al siguiente nivel. Envíelos a: parentinghub@earlylearninghub.org.
RECURSOS ADICIONALES:
¡Cucú! Estrategias para enseñar la permanencia de los objetos